lunes, 18 de enero de 2010

la Misión Parroquial

Ante todo mis disculpas por no habernos comunicado esta semana.

Esta etapa de la Misión Parroquial ha terminado. Desde hace ya 5 años se viene realizando en San Javier, para el mes de enero, un encuentro de misioneros que vienen de muchos lugares de la Arquidiócesis.

Este año se sumaron 62, jóvenes y no tan jóvenes, mujeres y varones, que escuchando el mandato del Señor de ir a anunciar la Buena Noticia dijeron si.

Ocupamos la Escuela San Francisco de Asís para dormir y comer allí. Cada uno desde el lugar de donde venía se trajo su colchoneta y sus cosas para pasar estos días, cada grupo se costeó el traslado desde su lugar.

Vinieron hermanos y hermanas de Santa Fe, Santo Tomé, Cayastá, Gomez Cello, San Martín de las Escobas, gobernador Crespo, Vera y Pintado, Monte Vera.

En esta oportunidad hemos visitado los barrios que están al Oeste de la Ruta 1, Santa Rosa, "El 11", Colonia Indígena y el postergado barrio Pizarro. También visitamos el Barrio Fonavi (ya al Este de la Ruta) y algunas manzanas vecinas.

Cada día celebramos la Misa en distintos lugares de Misión y para esta oportunidad nos acompañaron algunos sacerdote amigos. El día sábado celebramos 11 bautismos en la Capilla Santa Rosa.

Un comentario especial merecen las personas que nos ayudaron preparando la comida para el grupo misionero. Con pocos elementos para cocinar hicieron maravillas.

En las charlas de evaluación que se hacen, como primera conclusión salieron diferencias muy marcadas entre las familias del Oeste y las de Este. Las diferencias en lo urbano son muy claras, también en lo económico; pero llamó mucho la atención una diferencia en lo religioso muy marcada: Cuando los misioneros le preguntaban por qué no participaban de la Misa los "del otro lado" decían porque se dejaron estar, o por otros motivos particulares. Pero cuando la pregunta la hacían para los "de este lado" respondían que no participaban por "el cura", "porque va fulano", "porque está mengano", todos tenían una respuesta, respuesta que nunca los incluía como "culpables".

De las visitas también hemos sacado otras reflexiones que debemos tener en cuenta como comunidad.

Una persona (o personaje) de la comunidad parroquial me dijo el domingo, "que bueno que se haga esto, hay que ir a visitar a la gente", por un lado tiene razón, pero ¿tenemos que esperar que venga otro para "hacer esto"? ¿qué hacemos como Parroquia para continuar la tarea? ¿esperamos que el cura visite los 22.000 habitantes?

En verdad hay personas que hubieran podido ayudarnos en esta tarea y no hicieron nada, es más, hasta algunos se quejaron de que no se celebraron las Misas de los días de la semana en la Parroquia.

Hicimos una colecta para los gastos de alimentación de los misioneros (en la Misa) se juntó 1.008 pesos, es decir que teníamos: $1,36 por comida para cada uno, menos mál que el pan lo regalaron, también unas pizas y fideos... Dios proveerá y pagaremos las cuentas.

Todos los misioneros se fueron muy felices, con la felicidad de saber que hicieron lo que Dios les pide. Los otros se quedarán en el barro de la tristeza y amargura de no hacer nada.

Dios los bendiga a todos.

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