Esta mañana (por el viernes), Monseñor José María Arancedo, habló con LT9 sobre el escándalo de la pobreza en Argentina, luego de que la Iglesia volviera a ratificar un índice del 40%, mientras que el del INDEC no supera el 16%.
“La sociedad tiene que asumir responsablemente una responsabilidad ante este hecho. Empecemos a preocuparnos en que fotografía es la mejor. La realidad está reclamando esto, y sobre todo en la niñez que es un derecho”, sentenció el religioso, quien sostuvo que no puede hablarse seriamente de política si no se toma a la pobreza como un problema a resolver.
“En Argentina nos falta encontrar un camino superador. La política tiene atrapada a las personas. En la defensa de un proyecto personal político, se descuidan aquellas cosas que pertenecen a la política grande, como es el crecimiento, la inversión, la energía y en este caso el tema de la pobreza, que son políticas de largo aliento”, explica Arancedo.
En cuanto a la relación entre Iglesia y gobierno y a los cruces que ha habido luego de revelar los índices de pobreza, Arancedo destacó: “la Iglesia siempre está dispuesta en esto y tiene una mirada ética y moral del problema. Hablar de egoísmo, austeridad son cosas que hacen al buen ejercicio de la política. Cuando empieza el egoísmo la política comienza a salirse de madre, entonces la Iglesia a veces ese juicio lo hace y dice que el que hace la política es un hombre. Tiene que ser un hombre virtuoso, que tenga responsabilidad frente a los problemas, capacidad de escucha. Si faltan esas cosas corremos el peligro de que el que tenga circunstancialmente el poder, nos lleve a cualquier lado”.
Para el religioso el gran déficit que existe en nuestro país es la instancia política porque, si bien desde las iglesias, Caritas e instituciones sociales se ayuda a los mas necesitados y se les brinda la posibilidad de tener un plato de comida, estas acciones son solo testimoniales ante lo que debe hacer el Estado para solucionar de fondo el problema de la pobreza.
“Hace falta una política que vaya creando no solo la riqueza, sino también la distribución, la equidad y eso pertenece a la justicia. La calidad no suprime a la justicia, sino que la supone y la perfecciona en cuanto gesto. Es un tema político. Estamos como estamos no por un tsunami porque ha faltado en la dirigencia política una capacidad de encuentro para abrir cauces. Uno esta cansado de que no comparen con países vecinos y siempre perdemos”, sentenció duramente Arancedo.
"Es un escándalo para la Argentina la pobreza y la falta de comida", finalizó Monseñor Arancedo.
“La sociedad tiene que asumir responsablemente una responsabilidad ante este hecho. Empecemos a preocuparnos en que fotografía es la mejor. La realidad está reclamando esto, y sobre todo en la niñez que es un derecho”, sentenció el religioso, quien sostuvo que no puede hablarse seriamente de política si no se toma a la pobreza como un problema a resolver.
“En Argentina nos falta encontrar un camino superador. La política tiene atrapada a las personas. En la defensa de un proyecto personal político, se descuidan aquellas cosas que pertenecen a la política grande, como es el crecimiento, la inversión, la energía y en este caso el tema de la pobreza, que son políticas de largo aliento”, explica Arancedo.
En cuanto a la relación entre Iglesia y gobierno y a los cruces que ha habido luego de revelar los índices de pobreza, Arancedo destacó: “la Iglesia siempre está dispuesta en esto y tiene una mirada ética y moral del problema. Hablar de egoísmo, austeridad son cosas que hacen al buen ejercicio de la política. Cuando empieza el egoísmo la política comienza a salirse de madre, entonces la Iglesia a veces ese juicio lo hace y dice que el que hace la política es un hombre. Tiene que ser un hombre virtuoso, que tenga responsabilidad frente a los problemas, capacidad de escucha. Si faltan esas cosas corremos el peligro de que el que tenga circunstancialmente el poder, nos lleve a cualquier lado”.
Para el religioso el gran déficit que existe en nuestro país es la instancia política porque, si bien desde las iglesias, Caritas e instituciones sociales se ayuda a los mas necesitados y se les brinda la posibilidad de tener un plato de comida, estas acciones son solo testimoniales ante lo que debe hacer el Estado para solucionar de fondo el problema de la pobreza.
“Hace falta una política que vaya creando no solo la riqueza, sino también la distribución, la equidad y eso pertenece a la justicia. La calidad no suprime a la justicia, sino que la supone y la perfecciona en cuanto gesto. Es un tema político. Estamos como estamos no por un tsunami porque ha faltado en la dirigencia política una capacidad de encuentro para abrir cauces. Uno esta cansado de que no comparen con países vecinos y siempre perdemos”, sentenció duramente Arancedo.
"Es un escándalo para la Argentina la pobreza y la falta de comida", finalizó Monseñor Arancedo.
Fuente: Mano a Mano -LT9 / DATASANTAFE
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